Capítulo 1 al 5:
Alicia estaba con su hermana sentada al lado de la orilla de un río, cuando de repente vio un conejo blanco que sacó del bolsillo del chaleco un reloj, miró la hora y salió corriendo hacía una madriguera. Ella se levantó y fue corriendo detrás de él mientras su hermana se quedaba leyendo un libro. Cuando el conejo ya entrara a la madriguera, Alicia miró como era de profunda hasta que se cayó dentro de la madriguera. Era una especie de túnel que era oscuro y que iba en línea recta. Ella pensó cuantas millas descendería ya y sí llegaría al centro de la tierra o iba a parar en el país donde la gente andaba cabeza abajo. En ese mismo momento se acordó de su gata Dina que la echaba de menos. Pensaba si los gatos podían comer murciélagos cuando llegó al final del túnel. Vio el conejo, él iba mirando el reloj y diciendo que llegaba tarde cuando de repente desapareció. Ella se encontraba en un vestíbulo que estaba rodeado de puertas cerradas con llave. Encima de una mesita de tres patas había una llave pequeña, Alicia la cogió y la probó en todas las puertas. Cuando Alicia ya probara la llave en todas las puertas se encontró con una puertecita que no había visto antes y probó la llave en esa puerta. Esa puerta daba un jardín muy bonito. Ella se hizo pequeña, cuando iba a entrar en el jardín. Alicia se encontró un ratón y estuvo hablando con él. El ratón le dijo a Alicia que fuesen hacia la orilla y le contaría su historia. Cuando acabó la carrera, Alicia estuvo repartiendo los premios. El ratón le prometió no contarle la historia a los gatos. Le estuvo contando la historia, cuando de repente, Alicia lo interrumpió y él se va ofendido. Todos los animales se fueron cuando Alicia empezó ha hablar sobre su gato. Alicia empezó a llorar pero pronto escuchó un ruido, era el conejo blanco. Alicia estaba a la altura del conejo blanco. El conejo blanco la mandó a la habitación por unos guantes blancos y por un abanico. Cuando llegó a la habitación y cogió lo que le mandó el conejo blanco. En una mesita encontró una botella que no tenía letrerito que pusiese “BÉBEME”. Alicia cogió la botellita y se bebió el brebaje. En poco tiempo, empezó a crecer muy rápido y no cogía en la casa del conejo. El conejo blanco le gritaba y ella no contestó. El conejo blanco llamó a varias personas para que le ayudara a ver que había en la habitación, uno de los que entró fue Bill y salió despedido de la chimenea. Ella encontró un pastel, le dio un mordisco y volvió a ser del mismo tamaño de antes. Alicia se encontró con una oruga. Alicia se sentó a descansar cerca de un lago, donde vio a una oruga azul, que fumaba pipa de narquilé. La oruga se la quitó la pipa de la boca. La oruga estaba toda adormilada, le preguntó quien era y Alicia le responde con educación.
Alicia le contó lo que le paso. Alicia se cruzó de brazos y le empezó a recitar un poema. La oruga le preguntó si quería ser un poco más alta y Alicia le respondió que sí. La oruga le dijo que se metiera debajo de la seta; también le dijo que un lado de la seta le haría crecer y el otro no. Salió debajo de la seta y se mordió la mano derecha para ver si le hizo efecto. Tenía la mandíbula apretada en los pies, al final, se comió el cachito de seta. Se encontró a una paloma que cuando vio a Alicia con un cuello largo, y la confundió con una serpiente. Alicia ya estaba en su estado normal cuando de repente se encuentra una casa.
Alicia estaba con su hermana sentada al lado de la orilla de un río, cuando de repente vio un conejo blanco que sacó del bolsillo del chaleco un reloj, miró la hora y salió corriendo hacía una madriguera. Ella se levantó y fue corriendo detrás de él mientras su hermana se quedaba leyendo un libro. Cuando el conejo ya entrara a la madriguera, Alicia miró como era de profunda hasta que se cayó dentro de la madriguera. Era una especie de túnel que era oscuro y que iba en línea recta. Ella pensó cuantas millas descendería ya y sí llegaría al centro de la tierra o iba a parar en el país donde la gente andaba cabeza abajo. En ese mismo momento se acordó de su gata Dina que la echaba de menos. Pensaba si los gatos podían comer murciélagos cuando llegó al final del túnel. Vio el conejo, él iba mirando el reloj y diciendo que llegaba tarde cuando de repente desapareció. Ella se encontraba en un vestíbulo que estaba rodeado de puertas cerradas con llave. Encima de una mesita de tres patas había una llave pequeña, Alicia la cogió y la probó en todas las puertas. Cuando Alicia ya probara la llave en todas las puertas se encontró con una puertecita que no había visto antes y probó la llave en esa puerta. Esa puerta daba un jardín muy bonito. Ella se hizo pequeña, cuando iba a entrar en el jardín. Alicia se encontró un ratón y estuvo hablando con él. El ratón le dijo a Alicia que fuesen hacia la orilla y le contaría su historia. Cuando acabó la carrera, Alicia estuvo repartiendo los premios. El ratón le prometió no contarle la historia a los gatos. Le estuvo contando la historia, cuando de repente, Alicia lo interrumpió y él se va ofendido. Todos los animales se fueron cuando Alicia empezó ha hablar sobre su gato. Alicia empezó a llorar pero pronto escuchó un ruido, era el conejo blanco. Alicia estaba a la altura del conejo blanco. El conejo blanco la mandó a la habitación por unos guantes blancos y por un abanico. Cuando llegó a la habitación y cogió lo que le mandó el conejo blanco. En una mesita encontró una botella que no tenía letrerito que pusiese “BÉBEME”. Alicia cogió la botellita y se bebió el brebaje. En poco tiempo, empezó a crecer muy rápido y no cogía en la casa del conejo. El conejo blanco le gritaba y ella no contestó. El conejo blanco llamó a varias personas para que le ayudara a ver que había en la habitación, uno de los que entró fue Bill y salió despedido de la chimenea. Ella encontró un pastel, le dio un mordisco y volvió a ser del mismo tamaño de antes. Alicia se encontró con una oruga. Alicia se sentó a descansar cerca de un lago, donde vio a una oruga azul, que fumaba pipa de narquilé. La oruga se la quitó la pipa de la boca. La oruga estaba toda adormilada, le preguntó quien era y Alicia le responde con educación.
Alicia le contó lo que le paso. Alicia se cruzó de brazos y le empezó a recitar un poema. La oruga le preguntó si quería ser un poco más alta y Alicia le respondió que sí. La oruga le dijo que se metiera debajo de la seta; también le dijo que un lado de la seta le haría crecer y el otro no. Salió debajo de la seta y se mordió la mano derecha para ver si le hizo efecto. Tenía la mandíbula apretada en los pies, al final, se comió el cachito de seta. Se encontró a una paloma que cuando vio a Alicia con un cuello largo, y la confundió con una serpiente. Alicia ya estaba en su estado normal cuando de repente se encuentra una casa.
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